Cuando nos iniciamos en el trading, solemos pensar que hay una única forma de operar.
Sin embargo, a medida que nos adentramos en este fascinante mundillo, descubrimos que existen dos enfoques bien diferenciados: El trading automático y el trading discrecional.
¿En qué consiste cada uno?
El trading automático se basa en el uso de sistemas con reglas de entrada/salida objetivas, exactas, sin ningún tipo de interpretación ni de intuición.
En cambio, el trading discrecional utiliza sistemas cuyas reglas de entrada/salida (algunas o todas) responden a criterios subjetivos, basándonos en la intuición y la interpretación.
En este artículo, profundizaremos en las diferencias entre ambos enfoques, para poder elegir entre uno u otro según nuestros objetivos.
¡Vamos a ello!
Índice de contenidos
Hablemos de discrecionalidad
Pongamos un ejemplo de discrecionalidad: El reconocimiento de patrones.
¿Está el precio formando un triángulo descendente? Hay traders que dirán que sí y otros que dirán que no. Ahí hay subjetividad.
En cambio, un cruce de medias móviles sucede para todos por igual, no hay margen de interpretación. O se cruzan o no se cruzan.
Antes de continuar, una observación importante: Los sistemas puramente discrecionales no suelen ser ganadores. Aquellos traders cuya operativa es 100% discrecional, 100% intuitiva, acaban pareciéndose más a jugadores de casino que a traders profesionales.
El trading discrecional, para ser efectivo, debe estar «guiado» por reglas, por este motivo, solemos referirnos a este tipo de sistemas como «Rule-based discretionary systems» (sistemas discrecionales basados en reglas).
A partir de este punto, cuando me refiera a trading discrecional, interprétalo como un modelo mixto entre reglas objetivas y criterios subjetivos.
Hablemos ahora de automatismos
Si nuestro sistema es puramente mecánico, tenemos dos formas de ejecutarlo.
- Mediante un software informático que nos permita automatizar los criterios de entrada/salida. A este enfoque lo llamamos trading algorítmico.
- O de manera totalmente manual, a manija, siendo el mismo trader quien configura todas las entradas y las salidas en la plataforma de su bróker. A este otro enfoque lo llamamos trading manual.
El cuento de los pescadores
Con un cuento acabaremos de entender mejor ambas filosofías de hacer trading.
En esta historia participan un pescador, al que llamaremos pescador automático, y un segundo pescador, al que llamaremos pescador discrecional.
El pescador automático se encontraba un día cualquiera en el río, recogiendo sus cosas para regresar a casa, a la misma hora y en el mismo lugar de siempre. Su padre, años atrás, le había explicado exactamente como debía pescar y él, fiel a su padre, así lo hacía.
Ese día había capturado 7 peces. La cantidad que siempre solía llevarse para casa.
Pero antes de abandonar el lugar, divisó a los lejos a otro pescador. Caminaba desde lo alto del río y se dirigía hacía donde él se encontraba. Era el pescador discrecional, que volvía a casa tras una larga jornada de pesca.
Se saludaron cordialmente. El pescador automático le preguntó al pescador discrecional cómo le había ido el día y cuántos peces había podido pescar.
Este le contestó que había pescado 64 peces. «¡Guau!» Exclamó el pescador automático. Totalmente sorprendido, le siguió preguntando cómo había logrado tal cantidad de peces, pues su mayor logro había sido de únicamente 13 peces en un día de fortuna.
¿Cuál era su secreto?
El pescador discrecional le contestó: «Verás, me conozco el río como la palma de mi mano. Sé que cuando el cielo está nublado, el viento sopla en dirección norte y la mar está agitada, en unas rocas que hay río arriba, con este tipo de cebo, puedo pescar muchos más peces de lo habitual. Pero solo por la mañana. Por la tarde tengo que cruzar el río y situarme en la otra banda, entonces voy buscando el mejor lugar usando mi intuición. Son muchos años viniendo a pescar.»
Siguió con su explicación:
«Al principio no pescaba prácticamente nada. Llegué a pasar hambre, e incluso me planteé dejar este oficio. Siete peces en aquel entonces, para mí, eran inalcanzables. He dedicado toda una vida a conocer este río, el movimiento de los peces, los mejores tipos de cebo, el estado del tiempo y sobre todo a conocerme como persona para conseguir tales resultados.»
«Entiendo«. Le respondió el pescador automático, que tras acabar de recoger su caña y despedirse, se alejó satisfecho con su «sistema» de pesca. Él prefería pescar 7 peces al día que pasarse meses sin llevarse un pez a la boca. El método que le había enseñado su padre, seguía funcionando como el primer día, sin sorpresas, y eso a él le bastaba.
Diferencias entre trading automático y discrecional
Listemos, finalmente, algunas diferencias destacables entre ambos enfoques.
▶️ Número de estrategias
Los traders discrecionales suelen dominar muy pocas estrategias. En cambio, los traders automáticos tienen en su arsenal un amplio abanico de ellas, además, funcionando en paralelo como forma de gestión del riesgo.
▶️ Carga de trabajo
La carga de trabajo de un trader automático se divide entre la investigación de nuevas estrategias y la optimización de las ya implementadas. En cambio, la carga de trabajo de un trader discrecional se distribuye entre el reconocimiento de patrones, el estudio del mercado donde opera, el perfeccionamiento de la ejecución y su «psicotrading».
▶️ Casos de éxito
Hay más traders automáticos que ganan en los mercados que traders discrecionales. Al usar sistemas basados 100% en reglas, disminuye el porcentaje de error y, además, pueden «copiar» con facilidad estrategias ganadoras de otros traders. Eliminar la subjetividad de la ecuación ayuda al respecto.
▶️ Rentabilidades
Las estrategias automáticas suelen dar menor rentabilidad, pero sus resultados muestran mayor consistencia. Los mejores traders del mundo (y de la historia) son discrecionales; aquellos que alcanzan rentabilidades espectaculares en pocos años.
▶️ Tiempo de aprendizaje
Los sistemas automáticos son más fáciles de aprender, ya que se basan en reglas fijas de fácil comprensión. Si son algorítmicos, sumaremos el tiempo en dominar la plataforma y el lenguaje de programación. Los sistemas discrecionales, por otro lado, requieren de una mayor dedicación, estudio y práctica, siendo frecuente el abandono de algunos traders por la falta de paciencia y los malos resultados.
▶️ Software necesario
En el caso del trading algorítmico, el trader depende de un software específico (que puede tener un coste) y conocimiento del lenguaje de programación (por ejemplo, Python). Mientras que el trader discrecional solo necesita un bróker y un programa graficador.
▶️ Dedicación necesaria
A nivel de investigación, estudio y práctica, ambos enfoques demandan una carga de trabajo similar.
A nivel de ejecución, el trading automático es más adecuado para traders con poco tiempo disponible (sobre todo el algorítmico), mientras que el trading discrecional, requiere una dedicación mayor.
▶️ Carga psicológica
El trading automático apenas genera emociones (sobre todo el algorítmico, ya que opera un software por ti), mientras que el trading discrecional sí. Es importante en este sentido conocerse muy bien y entrenar el área de psicotrading.
▶️ Errores
El trading automático es menos propenso al sesgo humano, mientras que el trading discrecional está sujeto a errores de juicio (sobre todo durante la ejecución).
Notas finales
Puede parecer que, a priori, el trading discrecional juega en desventaja respecto al trading automático. Es más costoso de dominar, requiere más paciencia, dedicación, atención, fortaleza mental, etc.
Sin embargo, la mayoría de traders suelen ser discrecionales (ya sabes, «rule-based discretionary traders»). Entre los que yo me incluyo.
¿Por qué?
El trading discrecional permite al trader fluir con el mercado. Leer el mercado. Sentirlo. Un día estás totalmente alcista y al siguiente totalmente bajista. Y esto tiene su parte lúdica.
Personalmente, a pesar de que soy ingeniero de software (y que me debería tirar más el trading algorítmico), me motiva mucho más el reto de entender e interpretar el movimiento del precio tanto del mercado como de un activo en concreto.
Cuestión de gustos. Y a ti,… ¿Qué te tira más?
Hasta aquí el artículo de esta semana, espero que te haya sido muy útil y nos leemos en el próximo.
Hasta entonces, ¡que tengas un feliz trading!